miércoles, 14 de julio de 2010

Bon Voyage

Aahhh... al fin me animé a escribir, espero no abandonar esta historia como otras cuantas que se han quedado en el disco duro o en las páginas de mis cuadernos >.<


Para comenzar diré que no se me ocurrió mejor idea que basar esta historia en fantasías locas mías, por ende la prota se hace llamar Nahra (LOL xD) peeero no es la misma Nahra de la que hablé la entrada anterior, solo toma el nombre y la contextura física, que de por si es la mía xD, pero su forma de ser es bastante distinta y no tiene problemas de personalidad :3~ 


Es la primera historia de este género que me atrevo a llevar a las letras, siempre me he quedado con la imaginación, pero quería compartir esta cofcofporactualizarelblogmasseguidocofcof   porque si y ya o.o - LOL 


SI comentan bien, perfecto, si comentan mal, perfecto también, la cosa es que prefiero recibir comentarios... y si solo leen y no comentan, ahí vean como quedan sus conciencias, porque le pegaré una patada en las bolas a mi gato por cada visitante que no lo haga >:3 
...


NOOO! no soy capaz de hacer eso! mi Gazoo es muy importante para mi, ladrón y todo ;O; ...pero me sentiré mal si no comentan u_u #eso 




Advertencias: puede no ser apto para cardíacos, contiene BDSM. Para quien no esté seguro de qué hablo, les dejo el link de wikipedia donde se explica. Para quien no sepa ni jota de japonés, trae traducción de las frases que aparecen. Los capítulos que siguen (ya estoy trabajando en eso) pueden contener YURI y YAOI de forma explícita, si no tienes inconvenientes con esos temas... ¡comienza a leer! n_nU



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Se movió un poco para desentumecer los músculos. Llevaba horas en aquella posición y comenzaba a agarrotarse, una media hora más y se volvería una roca. El suelo bajo ella se sentía frío, duro, con una textura rocosa, pero aún así, no llegaba a dolerle o rasparle la piel.
Su estómago rugía de hambre, le quemaban las entrañas, quería poder alcanzar la llave que llevaba al cuello atada para abrir la caja que habían dejado atada a su espalda, sabía que allí tenía una fruta, pero no podría cogerla hasta que su nuevo amo llegase.
Suspiró, resignándose una vez más e intentando dejarse llevar por el sonido del agua que corría en alguna parte cerca de ella, pero eso no hacía más que aumentar su tortura, ya que el lugar estaba calefaccionado y su piel se estaba resecando.
A ratos le daban espasmos con fuertes olas de calor en el cuerpo por la desesperación. Le habían untado por completo con aceite de canela, que perfumaba y escocía un poco su piel a la vez.
¿Cuándo llegará? se preguntaba impaciente. Tenía miedo. No sabía que aquella aventura fuese a dejarle en ese estado. ¿Cuántos días habrían pasado? ¿Una semana? No, un mes, probablemente, solo sabía que aquello se le había hecho eterno, pero en sensación, nada de eso fue más eterno que la última espera a la que estaba confinada.
Quería poder ver el sitio en que la habían dejado, pero esa venda de seda cubría poderosa y a la vez suavemente sus ojos, pasando a quedar amarrada tras la cabeza y volviendo a la boca para amordazarla. Sus piernas estaban dobladas hacia atrás, al igual que sus brazos, y atados tobillos y muñecas con la misma tela de seda.
Comenzó a llorar otra vez, apenas gimiendo y mojando nuevamente la seda. ¿De verdad iba a llegar esa persona? ¿No la habían abandonado allí simplemente para que muriese? No, se lo había preguntado una y mil veces, había intentado preguntarle aquello a esas personas, pero simplemente era, amordazada y llevada a aquel cuarto lleno de vapores donde era alimentada directamente a la boca, como a un pequeño animalito.
¡Por qué! ¡Por qué le había hecho caso a ese chino de mierda! 






Primer Vuelo


- Voy a ir, no hay nada que puedas hacer para detenerme, es mi sueño, trabajé por esto, no voy a dejarlo ahora, ¡no quiero!

- Tu papá ya te dijo, tú vas y dejas de ser nuestra hija ¡estás enferma! Debimos parar ese fanatismo por esas porquerías cuando vimos que nuevamente tenías tus paredes llenas de demonios.

- ¡Que no son demonios! Lo siento, me voy mañana.

- ¡Nunca nos tuviste respeto! Vas a ver... no vas y punto.

- ¡Já! por favor... hace rato ya dejé de ser una niña que les hacía caso, por suerte abrí los ojos y me di cuenta de que unos padres nunca actuaban como lo han hecho siempre ustedes.

- ¡Ya, cállate y ándate a tu pieza!

Le dolía tanto todo aquello, sentía como si estuviera tragando humo, se asfixiaba. Intentaba contener las lágrimas. Nunca pudieron entenderse sus padres y ella, siempre chocando hasta por el tema más mínimo. ¿Por qué simplemente no lo aceptaban? ¡Ir a Japón era su sueño de toda la vida!

Desde hace bastante tiempo había comprendido que ellos jamás iban a cambiar, y en vez de darle rabia, como cuando era adolescente, a estas alturas le dolía. Se sentía tan incomprendida.
Aún así no iban a frustrar sus sueños una vez más. No. Pese a la lucha, hace unos meses había perdido a quien fuese el amor de su vida por culpa de ellos. Esta vez no sería así, simplemente se iría.

Tomó la Saxoline y en llorando en silencio comenzó a guardar sus ropas favoritas y las más útiles para estar allá. En Chile estaban en invierno, en Japón ya comenzaba el verano. Por experiencias ajenas sabía que era un lugar sofocante y caluroso, y afortunadamente sus ropas de verano eran además de frescas, hermosas y envidiadas para muchas.

Sus gustos extravagantes no lograban interferir en su look, gustaba vestir bien. Era coqueta y caprichosa, completamente imperfecta. Peleaba con todos y por todo... pero no era su culpa no encajar en el mundo en que había nacido.

Terminó de guardar sus cosas y en una caja fuerte que le había regalado su novio hace uno tiempo, guardó fotografías, pósters, revistas, recortes, figuras, discos... todo aquello que más apreciaba, miró la hora en su celular y lo apagó, guardándolo allí también. Cerró la caja y la escondió al fondo del closet.

Eran las 11 de la noche, mejor salía ya o al otro día no le dejarían salir. Iba a tener que dormir en el avión horas más tarde. Se secó las lágrimas y salió de su cuarto sigilosamente dándole un beso en la frente a cada una de sus dos hermanas menores y volvió a su "cueva". Apagó la luz, quedándose parada en mitad del cuarto.

- Shit - Mala palabra que tenía pegada, pero era mejor que decir "mierda" y que sus padres le escuchasen.

Ellos estaban viendo televisión en el living, no hablaban, seguro estarían enfadados. Se preguntaba si realmente iba a tener que saltar por la ventana... no le gustaba, Perro se pondría a ladrar y la descubriría. Meditó unos segundos antes de decirse a si misma: "Si piensas tanto en hacer o no algo como para arrepentirte luego por no haberlo hecho, mejor hazlo". Y así sacó la maleta por la ventana con mucho cuidado y saltó tras ella, cayéndole encima.

La tomó y sacudió, estirando la mano hacia dentro nuevamente para tirar de su abrigo y ponérselo, realmente hacía frío esa noche. Metió su mano al bolsillo sacando una breve carta explicándoles su partida a "sus viejos" para que no quedasen preocupados. Pese a todo, los quería aún.

Comenzó a caminar, atravesando el jardín, cuando vio un par de pequeños faros iluminando de entre unas hortensias. Sonrió y se agachó. Tan solo aquel movimiento fue suficiente para que dos hermosos gatos de brillante pelaje se le acercasen y frotasen contra sus manos y sus piernas.

- Kuro, Shiro*, pórtense bien y no molesten mucho al viejo de Perro - Estaba segura ahora de que con este frío, el perro no saldría ni por un plato de comida de su casa.

Caminó de vuelta a la casa, mirando por un espacio abierto de la cortina a sus padres, con la misma cara agria de siempre y se retiró casi al instante. Sentía venir las lágrimas de nuevo, pero se sacó de inmediato aquello de la mente pensando en lo que se vendría ahora para ella.


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*Kuro, Shiro – Se refiere al color de cada gato, uno negro y otro blanco.





Segundo Vuelo 


¡Era asombroso! Mucho mejor de lo que había visto en las revistas. Le sonrió a Lisi, la única amiga que la había apoyado en esa aventura y ambas se abrazaron rebosantes de alegría.

- ¡Lo hicimos! ¡Estamos en Japón!

- ¡Si, si, si, si, si, siiii! - Gritó Nahra tirándole encima a Lisianthus una vez más.

Ambas no cabían en si de felicidad, lloraban y el maquillaje se les arruinaría, pero no les importaba ya nada en absoluto. Era de noche en Kioto, tenían que encontrar un lugar para quedarse pronto. Afortunadamente Lisi conocía más el idioma y el sitio que ella, sabía que se encargaría de eso.

- Nahra, ya tengo las reservaciones, estoy segura de que te va a encantar, muero por dormir en un lugar como... mejor vamos y ya lo verás.

Ambas comenzaron a andar, aferradas una del brazo de la otra. El viaje en avión y el posterior en tren, lo habían hecho completamente en silencio, casi ritualmente preparándose para lo que vendría. Ahora miraban hacia cada rincón iluminado y oscuro, intentando dejar grabado todo aquello en sus memorias.

- ¡Estoy tan nerviosa! ¡Esto es tan hermoso! Todo es tan... diox, estoy sin palabras.

- Ha ha ha... te entiendo tan bien, yo estoy igual y eso que es mi segunda vez por aquí. Recuerdo ese cerezo y esa casa y...

- ¡Grrr! ¡Yegua! Pero ya estoy yo aquí también, no podrás seguir sacándome pica con lo mismo.

- Je je, no me digas yegua o te dejo aquí y me escapo.

Lisi comenzó a correr, alejándose de ella y riéndose a la vez. La posada no quedaba tan lejos de allí, por lo que no le preocupaba en absoluto que Nahra se perdiese. La morena corrió tras de ella, riéndose también y jadeando a la vez. Su estado físico, pese a su pequeña pero curvilínea figura, era deplorable.

Alcanzó por fin a Lisi un par de pasajes más allá y se aferró a su brazo al ver que se detenía frente a una de esas "casitas" tan clásicas, pero que destacaba de las demás por su más marcada iluminación.

- ¿A...cá? - El rostro de Nahra se iluminó con su sonrisa, no podía creer que sus siguientes noches la pasarían en un lugar así. - ¿Tatami, futón y toda la parafernalia?

- ...y kimonos, y baños amplios, farolitos, sandía, todo aquello.

- ¿Kimonos? ¿Me lo juras? - La morena tomó ambas manos de Lisi entre las suyas mirándola expectante.

- ¡Te lo juro, chica! ¿Quieres entrar o dormimos en la calle?

- ¡No! - gritó asustada y enrojeciendo un poco al ver que el rostro sorprendido de su amiga - digo... no, no quiero dormir en la calle, vamos. - Tiró de su mano para hacerla entrar.

- Espeeeraaaaa - Lisi se soltó y la detuvo por los hombros, ya que parecía un tanque a punto de arrasar con todo, consiguiéndolo un par de segundos antes de que entrase - Tranquilízate un poco, toma aire. Inhala, exhala. Ahora escucha: no me tomes la mano allí dentro o nos verán raro, solo quédate a mi lado, intenta no mirar a nadie directamente a los ojos, pero fíjate en sus estos y el tono de v...

- Que siiii, me fijo en el tono de voz y hago reverencias junto contigo y sonrío cuando me miren y todo eso. No soy tan baka*, ¿sabes?

- ¡Ha ha! Ya, vamos entonces. 


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*baka - tonto, idiota < Nahra dice no ser tan tonta... taaan tonta xD




Tercer Vuelo



Nahra tocó con delicadeza las paredes y su propio kimono violeta, como si fueran a quebrarse por hacerlo, se recostó cara al suelo respirando el aroma del tatami y volteándose de espaldas, mirando al techo.

- Todo es tan... ¡sugooooi!

- Si, muy, muy sugoi... apúrate, quiero ir a esos baños, no tienen idea de cuánto los extraño. - Lisi le tiró un par de toallas blancas a la cabeza, tirando de su mano para que se levantase ya.

- ¿Los extrañas? ¿A quiénes? - Le preguntó la morena, ya de pie, y sacándose las toallas de la cara, siguiéndola a su amiga por el pasillo.

- A los baños, pues, de eso te estaba hablando. Qué pajarona me saliste.

Ingresaron a un cuartito donde todo era de madera y muy bien pulido. Empotrada en una de las paredes había un mueble, que en realidad eran varios cajones, algunos con ropa normal muy bien doblada, otros con kimonos, pero la mayoría estaban vacíos.

- Tenemos que quitarnos los kimonos y dejarlos aquí - Le dijo Lisi, ya comenzando a sacarse el suyo, partiendo por el obi.

- ¡¿Ehhh?! ¡No traigo nada debajo!

- Si que eres baka, este baño es para mujeres, de todas formas nadie te va a estar mirando el cuerpo, como si no fueran lo suficientemente pudorosos por aquí como para eso.

- Mmmm... ya - le respondió Nahra, frunciendo el ceño al ver como su amiga se desnudaba tranquilamente. - Si que le cogiste confianza a este sitio.

- Pasé todo un mes aquí, ¿por qué no iba a hacerlo? Ya, quítatelo.

Lisi comenzó a soltarle el obi a Nahra, aguantándose la risa al ver lo roja que estaba su amiga, quien viéndose liberada de aquella pieza, se quitó de una buena vez el kimono, doblándolo con cuidado y dejándolo en uno de los cajones.

No le molestaba estar desnuda frente a Lisi, pero si que otras mujeres la viesen. Siempre tenía el mismo problema, cuando una chica la veía así, de inmediato se fijaba en el no menor tamaño de sus pechos y le preguntaba "la fórmula". Era agradable tener un cuerpo así, pero no cuando luego de tantos años, la gente seguía insistiendo a cada lugar que iba para tocarlos.

- Mi vida es un eroge - Dijo para si misma en voz baja, resignada ya, envolviéndose el tronco con una de las toallas y enrollando el pelo en la otra, cruzando los brazos luego y saliendo a los baños en las afueras de aquel sitio.

El cielo estrellado se veía fenomenal y el vapor del agua le daba al lugar un aspecto "dream", casi mágico. Las mujeres que estaban en el agua charlaban, se reían, otras solo se relajaban... y la mayoría realmente no les prestaban atención. Ambas se quitaron las toallas de sus troncos, dejándolas a un lado del borde y entrando en el agua con calma.

Luego de unos minutos en silencio, Lisi miró a Nahra y le tiró unas gotas de agua a la cara para que abriese los ojos, pero la morena parecía completamente dormida, con la cabeza apoyada en el borde.

- Oye, baka, despierta.

- Mmmm-noessss-toooy durrmiendooo

- No, claro, y yo estoy bailando tap, oye.

La castaña le volvió a tirar agua a la cara, pero un buen resto esta vez, a ver si espabilaba. Nahra abrió sus ojos de par en par, y frotándose el rostro luego para quitarse el agua.

- ¡Ha ha ha! ¿Dónde que estás bailando tap? - bromeó - Ya, estoy despierta... me cortaste la leche, ¡estaba soñando con Hyde!

- Es malo dormirse en el agua cuando no estás acostumbrada, mensa, te iba a preguntar qué planeas hacer ahora, con cuanta plata viniste y todo eso.

- Ahh, vale, vale, no me mensees. A ver... Según las referencias que me diste, tengo lo suficiente como para vivir cómodamente por un par de meses, mientras, pensaba buscarme un trabajo de ayudante en algo, así aprenderé japonés y tendré para valerme por mi misma. ¿No te piensas quedar conmigo?

Nahra sintió un escalofrío recorrerle la espalda con la expectativa de estar en un lugar "desconocido" y sola. Lisi la miró, riéndose esta vez de buena gana, provocando que los miedos de su amiga se comenzaran a volver realidad. De estar sola, Japón ya no estaba siendo buena idea para la morena.

- De verdad, que poca cabeza tienes. ¿Cómo se te puede ocurrir semejante cosa? ¿No se supone que vinimos con la idea de arrendar un apartamento las dos? - Le empujó un poco la frente con el índice, riéndose nuevamente.

- Yaaa, no te rías de mi, pesada. Pensé que habías cambiado de opinión, que por eso me lo preguntabas.

- Pues no, ya ves. Escucha: yo también traje lo suficiente para dos meses como tú, esta vez pienso quedarme a estudiar acá, no a pasar un mes como hace un año.

- Ohh, okei. ¿Ahora puedo dormir? - Le preguntó Nahra a su amiga, poniendo una cara lastimera.

- No, ya te dije, no es la idea de que te enfermes el primer día, si quieres dormir, nos vamos al cuarto y ya.

- Iie, okashii yo, oneesan* - Dijo Nahra juntando sus palmas y riéndose a la vez.

- Nahra, me estás haciendo ver como la mala de la película, ¿eh? - Agarró sus manos y las metió bajo el agua, jugando un poco con ellas. - Yo me enfermé durmiéndome aquí, no es tan gracioso, menos cuando tu novio es quien te viene a buscar y luego la dueña te regaña.

- Esa no me la habías contado... tendremos que hablar más de tu anterior viaje. - Le agarró de vuelta las manos bajo el agua, poniéndose a jugar luego al Gallito Inglés con los pulgares.

- Te quería preguntar si quieres comenzar a buscar trabajo mañana o qué.

- Uno, dos, tre... ah. No. Quería ir a Akihabara, no doy más por ir a ese paraíso.

- Uno, dos... tsk. Es la raja. Te vas a querer morir con todo lo que vas a ver, pero lleva el dinero justo, lo demás lo guardamos en mi cuenta del Banco de Tokio para no ponernos a gastar de más, ¿vale?

- Uno, dos... ¡tres, gallito inglés! ¡Muahaha! Te gané. Y si, no hay problema, era lo que iba a preguntarte, no me apetece perder en un descuido toda mi plata y quedarme a dormir en la calle.

- No importa, te dejé ganar. Y alégrate, estés donde estés durmiendo, siempre tendrás el mismo cerebro obsesivo que te hará soñar con Hyde.

- No, te gané porque soy mejor y punto... ¡awww! Tienes razón, Hyde siempre estará para calentarme por las noches en las frías calles de Japón.

- Pero estamos en verano... y yo ya me estoy haciendo consomé. Salgamos. Te invito a una de sake.

- ¡Sake! ¿Podemos beberlo en el cuarto? Me da vergüenza que me vean ebria el primer día.

- Puedes beberlo, yo pediré un café helado.

Ambas salieron del agua, envolviéndose con las toallas nuevamente, y entrando a la posada, donde otras tres mujeres se vestían ya secas.

- No fue tan terrible estar allí con todas esas mujeres, ¿no? - Le preguntó Lisi, riéndose un poco al ver a Nahra intentando acomodarse el obi, sin ningún éxito - Te ayudo.

- A decir verdad, el vapor me tenía algo aturdida y no veía claramente, pero no, primera vez que alguien no se fija...

- Ya, yo te dije que no se fijarían, ¡a por esos tragos!

- ¡A por ellos! - gritó Nahra, feliz, realmente su corazón no daba más de alegría.

Ya no pensaba en la familia que había dejado atrás... y para los amigos siempre tendría internet por donde comunicarse con ellos. Después de todo, estaban en la cuna de la tecnología.



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*Iie, okashii yo, oneesan - La traducción sería "No, es injusto, hermana" - Nahra le ruega a Lisianthus que no la hiciera salir del baño aún. 






Cuarto Vuelo


Ambas paseaban por un parque cerca a la posada donde se alojaban. Habían pasado cuatro días desde que llegasen a Japón y seguían asombrándose con cada cosa nueva que conocían.

El día siguiente a su llegada no hicieron más que descansar, puesto que al final Lisianthus si había acompañado a beber a Nahra, y como ninguna de las dos estaba acostumbradas al sake, les pilló a la mañana una resaca tal, que las había dejado encerradas y a poca luz, para evitar que el dolor de cabeza empeorase.

El segundo día por fin fueron a Akihabara. Era más de lo que Nahra se había imaginado el día anterior cuando Lisi le contaba todo lo que podía, explicándole con lujo de detalles lo impresionante de todo.

Claramente había sido una buena idea meter el dinero de ambas en una cuenta, puesto que todo era "lo compro, lo compro" para ellas. Llegando a duras penas después con las bolsas y cajas a la pensión y recibiendo la amable ayuda de la dueña para deshacerse de los papeles, cartones, bolsas, plásticos y plumavits de todo lo comprado.

El tercer día fueron a un sitio de karaoke. No había un lugar en Japón donde no existieran lugares donde poder cantar y divertirse en salitas privadas. Allí conocieron a una pareja mexicana de no más de veinticinco años cada uno, quienes las invitaron a cantar con ellos.
La chica, Mónica, cantaba bellísimo.

Llevaban ya tres años en aquel país y estaban a punto de celebrar su boda, precisamente en Kioto. Carlos tampoco cantaba mal, pero el detalle estaba en que todo aquel tiempo allí era notorio, puesto que ni Nahra ni Lisi se sabían la mitad de las canciones.

Luego de fracasar estrepitosamente, se habían despedido e intercambiado teléfonos de la posada y el departamento, respectivamente, y habían decidido juntarse para compartir nuevamente.

- Hoy descansamos, Lisi. de verdad me encanta todo, pero me quedo con este paseo y unos cuantos tragos de sake, ¿vale?

- Perfecto, te iba a sugerir lo mismo... solo que esta vez, de verdad no te acompaño bebiendo.

- Está bieeeen.

Nahra agitó su abanico y apuntó a un banco vacío bajo la sombra de un árbol, hacia donde ambas caminaron a paso pesado y dejándose caer en él.

- Yo que había traído mi ropa más top para usar este verano - suspiró Nahra

- Oh, creí que te gustaría esto de usar kimonos, encima ni si quiera son con forro, pero si quieres volvemos y nos cambiamos.

- No, me gusta, me encanta, pero agotan un poco, no digo que no sean cómodos.

- Ya, entiendo.

Se quedaron unos buenos minutos en silencio, solo agitando sus abanicos y mirando los rayos del sol filtrarse a través de las hojas de aquel cerezo, con las cabezas completamente apoyadas en el respaldo del banco.

Un chico japonés de ojos dorados y cabellos rojizos, ataviado con un yukata grisáceo, se detuvo tras ellas.

- Konbanwa* - Hizo una ligera reverencia, sonriéndoles y caminando hacia el frente, ambas levantando la cabeza y siguiéndolo con la mirada.

Era primera vez que un japonés se les acercaba por iniciativa propia, parecía historia de un shoujo**. Se miraron de reojo, sonriendo a su vez y contentando un "konbanwa" al unísono.

- Mucho gusto, soy Kei.

Hizo nuevamente una reverencia y contuvo la risa al ver a las dos chicas frente a él pararse de golpe, inclinándose hacia delante luego, con rostro de asombro aún. Era realmente sorprendente, un joven muy guapo frente a ellas, en yukata y encima que hablaba español.

- Watashi wa Nahra to iimasu.

- Watashi wa Lisi to iimasu.

- Yoroshiku*** - terminaron diciendo ambas y riéndose un poco al enderezarse, la situación era algo jocosa.

- Oh, no, no, yo puedo hablar español, no es necesario. Soy el encargado de cuidar y mantener este parque, les había visto pasar por aquí y escuché que hablaban en español, por eso me atreví a saludaros ahora.

- Uf, que bien - suspiró más relajada Nahra, no se manejaba aún mucho en el idioma y no quería arruinarlo. - Auch - Lisi le había dado un pequeño pisotón en el pie para que de todas formas se comportase, la cultura por allí tampoco era tan relajada. - Yaaa.

Perfecto, se veían bastante confiadas, la morena más que la castaña, pero era lo de menos. Y claro que él sabía sus nombres, había leído bien las fichas y no eran aquellos, aunque obviamente él tampoco había dicho su nombre real.

- Una hermosa y agradable tarde para dar un paseo. ¿Qué os ha parecido el sector en lo que lo han visitado? - Movió el brazo, como mostrándoles el lugar y comenzando a caminar. - Es muy complicado de cuidar y mantener todo esto, pero mi padre me enseñó muy bien, se conoció aquí con mi madre. Ella venía de España.

- Hermoso, realmente - respondió Lisi caminando junto a Nahra y tras él - Entonces por eso es que puedes hablar tan bien el español.

- Así es, ojousan, aunque realmente no siento que hable muy bien el español, muchas gracias por el cumplido.

El joven se detuvo y se volteó a decir esto último, mirándola fijamente a los ojos. Lisi se sonrojó abanicándose al instante, y aprovechando de cubrirse el rostro para que dejase de mirarla.

- Vaya, vaya, Lisi, me pregunto qué diría... - Nahra carraspeó, interrumpiendo su propia frase y mirándola traviesamente.

- Si os estoy incomodando ahora, puedo irme, no hay problema. - Les dijo Kei, fingiendo un rostro afectado.

- No, no, por favor, no es incómodo, es solo que... usted es el primer japonés que nos habla desde que llegamos hace unos días. ¿Qué tal si le invitamos a un sake?

Nahra tenía la certeza, sabía muy bien que aquello no era correcto, invitar a un recién conocido japonés a beber sake con ellas, encima con lo débiles que eran, caerían en seguida, pero ese chico las había hechizado a ambas, no podía negarlo.

Además su madre es española, pensaba a su vez Lisi, ya no razonaba tanto desde que él le había dedicado un "señorita" en japonés y la había mirado de esa forma.

- Aceptaría encantado, pero mi turno acaba dentro de unas horas y no quiero haceros esperar.

- Estamos alojando cerca de aquí, podemos venir más tarde y vamos a algún bar.

- Si tanto insiste, señorita Nahra, no me voy a negar, pero le aconsejo que vayamos a una posada antes que a un bar, allí las podrían mirar... de forma diferente y poco digna.

- Tiene razón, Nahra, mejor lo esperamos en la posada que queda al final de esta calle. ¿Estará bien a las ocho?

- Perfecto, me da el tiempo de desocuparme y dar las indicaciones al cuidador nocturno, señorita Lisi. Nos vemos allí entonces. Mata ato de aimashou****.

- Ja ne - contestaron ambas, agitando sus abanicos cerrados en el aire a modo de despedida y caminando de vuelta a la posada.

 - ¿No que no ibas a acompañarme con más sake, Lisi? - se rió Nahra dándole un pequeño codazo en venganza por el pisotón de antes.




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*Konbanwa - Buenas tardes.
**Shoujo - historia para chicas, por lo general llena de rositas y palabras dulces
*** Watashi wa... to iimasu, yoroshiku - Me llamo..., encantada < se están presentando en japonés cuando él habla español o.O LOL
****Mata ato de aimashou - Nos vemos más tarde.




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Todo esto fue solo el comienzo... la introducción, por decir así, si alguien piensa que esto se va a ir por el shoujo, no puede estar más equivocado, los capítulos que vienen contienen desde Bondage hasta Dominación y todo eso... mwahahaha!!! 

eso sería por ahora... byyyyeeee n_n

P.D: ya tengo en mi poder tres caps más donde se viene lo bueno, pero no los subo hasta que alguien comente.... muahahaha!!! xD
P.D 2: creo que me faltó un poco de la descripción de personajes, shit, siempre fallo en eso .-. pero... en fin u_u


4 comentarios:

Ares Silvers dijo...

Lo leeré cuando tenga más tiempo ;w; -guardandolo- :3 lo poquito que leí escribes muy muy bonito. Me cuesta un poco de trabajo, pues no estoy TAN acostumbrada a algunas expresiones que supongo usan donde vives.

Se te quiere, nahrita x3
-Ares

Alejandro "EVIL_ANGEL" Giraldo dijo...

Hola Nahra-Chan! (ahora te dire asi xD)
Ya lo lei...vaya que esta interesante, alguna vez leiste algo del marques de sade? con lo que dices que se viene recuerdo casi todo el libro de Justine, lo lei en dos dias xD...esperare con ansias lo que viene, cuidate y sigue escribiendo asi n.n
evilang3l

Lobo_Azul dijo...

Me hubiera encantado que no avisaras a nadie de toda la perversión que vas a colocar en los siguientes episodios. Los comentarios de lectores desprevenidos hubieran sido... interesantes.

Escribes bastante bien. Este tipo de historia no es mi género favorito, y sin embargo me he leído todo de una sola sentada sin perder un ápice de interés.

Me están entrando ganas de dibujar...

Ah y lo que menciona AresSilvers es cierto: las expresiones hechas de cada país son distintas, algunas notas explicativas no vendrían mal (aunque la Internet hace que cada vez los dichos sean menos locales y más universales la verdad no me costaron mucho trabajo)

Asesinaenserie dijo...

Lo bueno de ser chilensis es que me quedó todo clarito =)
Me gusta.. tiene súper buen ritmo.. avísame cuando subas más capítulos.
Kissu