miércoles, 21 de julio de 2010

Renacimiento

Miércoles 04:00 de la madrugada
Revisando CDs

Tenía la intención de revisar mis CDs, pero también de escribir algo distinto a lo que vengo haciendo en el blog (con el fic, digo).

A ratos, luego de imaginarme la historia una y otra vez por completo, leyendo y averiguando cada vez más para hacerla más interesante... a ratos se me agota la mente, me saturo, tal como un computador al que le falta ventilación, me apago, o sea, me quedo dormida, y a decir verdad, considerando que tengo cambiado mi horario de sueño (me duermo a las 7 am y despierto a las 5 pm o_Ô), no resulta favorable para mi salud.

Por intentar despejar un poco mi mente, anoche me dediqué a revisar (por fin) una caja llena de CDs que tengo... lo cierto es que tengo muchas cosas (en cuanto a pertenencias, no solamente CD), tantas, que cuando comienzo a revisar y percatarme de que las tengo, luego ya me olvido de las que revisé n_nU

Aahhh... pero podría haber revisado cualquier otra de las miles cosas aquellas que tengo, como por ejemplo una torre de revistas, entre las que destacan en su mayoría revistas juveniles españolas (un tiempo fui fan de ellas, aún sigo pensando que son las mejores que he leído, sobrepasando a las mexicanas, las que superan a las chilenas, quedando en último lugar las argentinas xD); podría revisar mis cajas de cremas y maquillaje... ¡tengo de todos los colores y texturas que te puedas imaginar! sombras en musse, crema, barra, polvo, labiales, brillos, etc. Tengo también recuerdos, ¡es lo que más tengo!

Hablando de recuerdos, no, no son regalos que me han dado, son cosas simples, cosas que yo considero importantes para mi, que me traen al presente emociones que jamás volveré a experimentar. Por ejemplo, conservo una caja llega de papeles arrugados y viejos, pequeñitos... eran los papeles de cuando "chateaba" con mis compañeros de escuela en la básica. Tengo mechones de gatos que lamentablemente ya no están en este mundo, conservados en bolsitas (xD), cuadernos con recuerdos, dibujos, diarios de vida, muuuuchos corazones (xDD), en fin.

Quizá va siendo tiempo de que no solo haga una renovación mental y espiritual, como he estado haciendo por este último tiempo (aunque la mayoría no me crea). Pero es difícil. Tan solo imaginarme deshaciéndome de todas aquellas cosas, por más pequeñas, insignificantes y basura que se vean, son muy importantes para mi... no tengo la mejor memoria del mundo, pero cuando veo aquello soy tan capaz de recordar el por qué las guardé, el día, la temperatura, los olores, los sonidos... ¿cómo podría vivir sin aquellas cosas?

Una vez, como muchas otras, almorzábamos la mayoría de mi curso de segundo medio en el instituto. No sé cómo serán los menús ahora, pero pocas veces a nosotros nos tocaron almuerzos con una perfecta combinación de comida, postre, ensalada y/o jugo.

Aquel día nos dieron porotos con riendas, pero porotos blancos, la comida se veía NADA apetecible, pero con el hambre que provoca el estar "estudiando tanto", no quedaba de otra que comerla. Teníamos el pancito para pasar la mala sensación... el pancito siempre era una bendición, nuestra salvación en aquellos días (xD). Teníamos también la fruta que nos dieron de postre, que era una naranja. De ensalada nos tenían unas exquisitas (?) zanahorias rayadas... así, tal cual, zanahorias rayadas... y a mí no me gustan las zanahorias con limón, hechas ensalada ¬¬.

Fui postergando el momento de tener que comerme esa ensalada, hasta que decidí comerme la naranja primero... aún así, el temible instante de tener que comer esos gramos de zanahoria cruda, rayada y con limón, había llegado.

Mis compañeros se reían y charlaban en aquella larga mesa té club. Algunos ya se retiraban con su correspondiente permiso (éramos una loca familia en la hora de almuerzo n_n), y yo me estaba quedando atrás.  

En el colegio, cuando uno no quería comer algo, simplemente lo dejaba en la bandeja y se iba, luego llegaban las "tías" de la limpieza y sacaban todo aquello, pero yo no era así. Odiaba tener que dejar algo, la comida no está para botarla (eso me lo enseñaron de chiquitita), pero era una tortura mental y estomacal el tener que comer algo que no me gustaba.

- Yaaapos, Yoly, ¡apúuuurateee! Te vas a quedar última

- Puuuchaaaa - berrinche - es que no me gusta la ensaladaaaa - otro berrinche.

- Te voy a apretar la nariz para que te la tragues

- Tsk, ¡cortalaaaa pooo! Si no soy ná una guagua ya po

- Buuu... a ver, presta pa'cá

En ese momento, la Loreto, una compañera muy simpática aquel tiempo, ¡se apiadó de mi! Me quitó la bandeja y... ¡¡¡siii!!! ¡se comió las malditas zanahorias!

Ella aún no se comía su naranja, cuando terminó de comer, me devolvió la bandeja y salimos del comedor. Pero antes de ponernos de pie, la Loreto le sacó el palito a su naranja y me lo pasó.

- Toma, guárdalo, para que te acordí de mi cuando seas viejita y ciega y yo tenga una vista excelente.

El solo hecho de que mencionara el futuro desde aquella perspectiva, pasándome el palito de naranja, mientras los demás seguían su ritmo de salida del comedor, hizo que para mí se "congelara" el tiempo. Metí el palito en mi bolsillo y salimos, dando las debidas gracias a las tías cocineras.

Aún conservo ese palito, y me cada que lo veo, recuerdo aquel día, las voces a mi alrededor, el sabor de los porotos blancos, las risas, el típico cielo nublado de Valdivia... y a mi compañera diciendo que de vieja sería ciega. Y le creo, porque... ¡aún no soporto comer ensalada de zanahorias! xD




Es por esto y mil sucesos más (como que tengo una tapa de una de las cervezas Heineken que xteban llevó para mi cumpleaños cuando... asdf xD), me cuesta renacer, materialmente hablando, siento que de librarme de aquellas cosas no va a conseguir sino borrar definitivamente mi pasado, en el que muchas veces lo pasé horrible, pero son experiencias que me sirven y hace que sea y piense como lo hago ahora.

Creo también en que el renacimiento va más de las cosas que la persona posea, pese a que estas si tengan gran influencia, sin embargo, para mí lo más importante sigue siendo lo mental y espiritual.

Otra cosa que también creo del renacimiento en una persona, es que va relacionado con el saber, el conocer, aprender. Cada vez que experimento una sensación nueva, siendo que algo florece dentro de mí. Cuando leo, cuando escucho una nueva canción o aprendo de algún tema estético, arquitectónico, artístico, científico, una pequeña parte de mi eclosiona y hace que cambie poquito a poco.

Ese es el verdadero renacer para mí. El cambio interior... por eso ¡me importa un bledo que mis viejos digan que mi cuarto está lleno de basura y demasiado desordenado! (me entiendo sola en mi orden/desorden, ¿okei? xD).

Algún día voy a iniciar una campaña mundial que diga “Mi cuarto, mi desorden, mi problema” xD (?)






Con respecto al contenido de los CDs, creo que hablaré otro día, que da para largo también y quizá ponga algunas locas imágenes que encuentre en ellos... random, para variar, jeje.

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